Todas las alarmas saltaron ayer por la noche en la ciudad de Barcelona, cuando dos personajillos afirmaron públicamente haber padecido un transtorno superficial de la epidermis, consistente en la mutación de la piel a colores llamativos, predominantes el verde y el violeta. Fuentes próximas a las víctimas afirman que el motivo ha sido el de recortar y pegar decorados durante demasiadas horas seguidas. El pánico está en las calles, en las casas, en los poros de la piel de todos los Barceloneses. Esta mañana, el gerente de la polícia de la ciudad condal, ha tranquilizado la población asegurando que no hay peligro por el que temer y que estas personas estarán bien en dos días, pero también aconseja realizar dicha actividad durante un máximo de 3 horas.






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